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miércoles, 19 de octubre de 2011

practica calificada

1. Busque el significado de las siguientes palabras , e indique la fuente.

LENGUA:
 (Del lat. lingua).
Sistema de comunicación verbal y casi siempre escrito, propio de una comunidad humana.



IDIOMA
Del lat. idiōma, y este del gr. ἰδίωμα, propiedad privada).
Lengua de un pueblo o nación, o común a varios.


LENGUAJE
(Del prov. lenguatge).
Uso del habla o facultad de hablar.



LINGÜÍSTICA
(Del fr. linguistique, y este de linguiste, lingüista).
 Ciencia del lenguaje.


HABLA
(Del lat. fabŭla).
Realización lingüística, por oposición a la lengua como sistema.

http://buscon.rae.es/draeI/

DIALECTO
(Del lat. dialectus, y este del gr. διάλεκτος).
Ling. Sistema lingüístico derivado de otro, normalmente con una concreta limitación geográfica, pero sin diferenciación suficiente frente a otros de origen común.

http://buscon.rae.es/draeI/

2. Encuentre las relaciones y diferencias entre ellas, luego jerarquize.:
                                           Relaciones                                          

- Que todos se refieren al modo de expresarse.

           Diferencias    
- Lengua : es un medio de comunicación
- Lenguaje : estilo y modo de hablar. 

   Jerarquize

 1. Linguistica:         
 2. Idioma                                          
 3. Lengua
 4. Lenguaje                
 5. Dialecto
 6. Habla

hora
14,11

martes, 4 de octubre de 2011

la muñeca negra

De puntillas, de puntillas, para no despertar a Piedad, entran en el cuarto de dormir el padre y la madre. Vienen riéndose, como dos muchachones. Vienen de la mano, como dos muchachos. El padre viene detrás, como si fuera a tropezar con todo. La madre no tropieza; porque conoce el canino. ¡Trabaja mucho el padre, para comprar todo lo de la casa, y no puede ver a su hija cuando quiere! A veces, allá en el trabajo, se ríe solo, o se pone de repente como triste, o se le ve en la cara como una luz; y es que está pensando en su hija; se le cae la pluma de la mano cuando piensa así, pero en seguida empieza a escribir, y escribe tan de prisa, tan de prisa, que es como si la pluma fuera volando. Y le hace muchos rasgos a la letra, y las oes le salen grandes como un sol y las ges largas como un sable, y las eles están debajo de la línea, como si se fueran a clavar en el papel, y las eses caen al fin de la palabra, como una hoja de palma; ¡tiene que ver lo que escribe el padre cuando ha pensado mucho en la niña! El dice que siempre que le llega por la ventana el olor de las flores del Jardín, piensa en ella. O a veces, cuando está trabajando cosas de números, o poniendo un libro sueco en español, la ve venir, venir despacio, como en una nube, y se le sienta al lado, le quita la pluma, para que repose un poco, le da un beso en la frente, le tira de la barba rubia, le esconde el tintero: es sueño no más, no más que sueño, como esos que se tienen sin dormir, en que ve uno vestidos muy bonitos, o un caballo vivo de cola muy larga, o un cochecito, con cuatro chivos blancos, o una sortija con la piedra azul; sueño es no más, pero dice el padre que es como si lo hubiera visto, y que después tiene más fuerza y escribe mejor. Y la niña se va, se va despacio por el aire, que parece de luz todo; se va como una nube.
 
Hoy el padre no trabajó mucho, porque tuvo que ir a una tienda; ¿a que iría el padre a una tienda? y dicen que por la puerta de atrás entró una caja grande; ¿que vendrá en la caja? ¡a saber lo que vendrá! mañana hace ocho años que nació Piedad. La criada fue al jardín y se pinchó el dedo por cierto, por querer coger, para un ramo que hizo, una flor muy hermosa. La madre a todo dice que sí, y se puso el vestido nuevo, y le abrió la jaula al canario. El cocinero está haciendo un pastel, y recortando en figura de flores los nabos y las zanahorias, y le devolvió a la lavandera el gorro, porque tenía una mancha que no se veía apenas, pero, "¡hoy, hoy, señora lavandera, el gorro ha de estar sin mancha!" Piedad no sabía, no sabía. Ella sí vio que la casa estaba como el primer día de sol, cuando se va ya la nieve, y les salen las hojas a los árboles. Todos sus juguetes se los dieron aquella noche, todos. Y el padre llego muy temprano del trabajo, a tiempo de ver a su hija dormida. La madre lo abrazo cuando lo vio entrar; ¡y lo abrazo de veras! Mañana cumple Piedad ocho años.
 
El cuarto está a media luz, una luz como la de las estrellas, que viene de la lámpara de velar, con su bombillo de color de ópalo. Pero se ve, hundida en la almohada, la cabecita rubia. Por la ventana entra la brisa, y parece que juegan, las mariposas que no se ven, con el cabello dorado. Le da en el cabello la luz. Y la madre y el padre vienen andando, de puntillas. ¡Al suelo, el tocador de jugar! ¡Este padre ciego, que tropieza con todo! Pero la niña no se ha despertado. La luz le da en la mano ahora; parece una rosa la mano. A la cama no se puede llegar; porque están alrededor todos los juguetes, en mesas y sillas. En una silla está el baúl que le mandó en Pascuas la abuela, lleno de almendras y de mazapanes; boca abajo está el baúl, como si lo hubieran sacudido, a ver si caía alguna almendra de un rincón, o si andaban escondidas por la cerradura algunas migajas de mazapán; ¡eso es, de seguro, que las muñecas tenían hambre! En otra silla está la loza, mucha loza y muy fina, y en cada plato una fruta pintada; un plato tiene una cereza, y otro un higo, y otro una uva; da en el plato ahora la luz, en el plato del higo, y se ven como chispas de estrellas; ¿cómo habrá venido esta estrella a los platos? "¡Es azúcar!" dijo el pícaro padre. "¡Eso es de seguro!" dice la madre: "eso es que estuvieron las muñecas golosas comiéndose el azúcar". El costurero está en otra silla, y muy abierto, como de quien ha trabajado de verdad; el dedal está machucado ¡de tanto coser! cortó la modista mucho, porque del calicó que le dio la madre no queda más que redondel con el borde de picos, y el suelo está por allí lleno de recortes, que le salieron mal a la modista, y allí está la chambra empezada a coser, con la aguja clavada, junto a una gota de sangre. Pero la sala, y el gran juego, está en el velador, al lado de la cama. El rincón, allá contra la pared, es el cuarto de dormir de las muñequitas de loza, con su cama de la madre, de colcha de flores, y al lado una muñeca de traje rosado, en una silla roja; el tocador está entre la cama y la cuna, con su muñequita de trapo, tapada hasta la nariz, y el mosquitero encima; la mesa del tocador es una cajita de cartón castaño, y el espejo es de los buenos, de los que vende la señora pobre de la dulcería, a dos por un centavo. La sala está delante del velador, y tiene en medio una mesa, con el pie hecho de un carretel de hilo, y lo de arriba de una concha de nácar, con una jarra mexicana en medio, de las que traen los muñecos aguadores de México; y alrededor unos papelitos doblados, que son los libros. El piano es de madera, con las teclas pintadas; y no tiene banqueta de tornillo, que eso es poco lujo, sino una de espaldar, hecha de la caja de una sortija, con lo de abajo forrado de azul; y la tapa cosida por un lado, para la espalda, y forrada de rosa; y encima un encaje. Hay visitas, por supuesto, y son de pelo de veras, con ropones de seda lila de cuartos blancos, y zapatos dorados; y se sientan sin doblarse, con los pies en el asiento; y la señora mayor, la que trae gorra color de oro, y está en el sofá, tiene su levantapiés, porque del sofá se resbala; y el levantapiés es una cajita de paja japonesa, puesta boca abajo; en un sillón blanco están sentadas juntas, con los brazos muy tiesos, dos hermanas de loza. Hay un cuadro en la sala, que tiene detrás, para que no se caiga, un pomo de olor; y es una niña de sombrero colorado, que trae en los brazos un cordero. En el pilar de la cama, del lado del velador, está una medalla de bronce, de una fiesta que hubo con las cintas francesas; en su gran moña de los tres colores está adornando la sala el medallón, con el retrato de un francés muy hermoso, que vino de Francia a pelear porque los hombres fueran libres, y otro retrato del que inventó el pararrayos, con la cara de abuelo que tenía cuando paso el mar para pedir a los reyes de Europa que lo ayudaran a hacer libre su tierra; esa es la sala, y el gran juego de Piedad. Y en la almohada, durmiendo en su brazo, y con la boca desteñida de los besos, está su muñeca negra.
 

Los pájaros del jardín la despertaron por la mañanita. Parece que se saludan los pájaros, y la convidan a volar. Un pájaro llama, y otro pájaro responde, En la casa hay algo, porque los pájaros se ponen así cuando el cocinero anda por la cocina saliendo y entrando, con el delantal volándole por las piernas, y la olla de plata en las dos manos, oliendo a leche quemada y a vino dulce. En la casa hay algo: porque sí no, ¿para qué está ahí, al pie de la cama, su vestidito nuevo, el vestidito color de perla, y la cinta lila que compraron ayer, y las medias de encaje? "Yo te digo, Leonor, que aquí pasa algo. Dímelo tú, Leonor, tú que estuviste ayer en el cuarto de mamá, cuando yo fui a paseo. ¡Mamá mala, que no te dejó ir conmigo, porque dice que te he puesto muy fea con tantos besos, y que no tienes pelo, porque te he peinado mucho! La verdad, Leonor; tú no tienes mucho pelo; pero yo te quiero así, sin pelo, Leonor; tus ojos son los que quiero yo, porque con los ojos me dices que me quieres; te quiero mucho, porque no te quieren: ¡a ver! ¡sentada aquí en mis rodillas, que te quiero peinar! las niñas buenas se peinan en cuanto se levantan; ¡a ver, los zapatos, que ese lazo no está bien hecho!; y los dientes, déjame ver los dientes; las uñas; ¡Leonor, esas uñas no están limpias! Vamos, Leonor, dime la verdad; oye, oye a los pájaros que parece que tienen baile; dime, Leonor, ¿qué pasa en esta casa?" Y a Piedad se le cayó el peine de la mano, cuando le tenía ya una trenza hecha a Leonor; y la otra estaba toda alborotada. Lo que pasaba, allí lo veía ella. Por la puerta venía la procesión. La primera era la criada con el delantal de rizos de los días de fiesta, y la cofia de servir la mesa en los días de visita; traía el chocolate, el chocolate con crema, lo mismo que el día de Año Nuevo, y los panes dulces en una cesta de plata; luego venía la madre, con un ramo de flores blancas y azules; ¡ni una flor colorada en el ramo, ni una flor amarilla!; y luego venía la lavandera, con el gorro blanco que el cocinero no se quiso poner, y un estandarte que el cocinero le hizo, con un diaria y un bastón; y decía en el estandarte, debajo de una corona de pensamientos: "¡Hoy cumple Piedad ocho años!" Y la besaron, y la vistieran can el traje color de perla, y la llevaron, con el estandarte detrás, a la sala de los libros de su padre, que tenía muy peinada su barba rubia, como si se la hubieran peinado muy despacio, y redondeándole las puntas, y poniendo cada hebra en su lugar. A cada momento se asomaba a la puerta, a ver si Piedad venía; escribía, y se ponía a silbar; abría un libro, y se quedaba mirando a un retrato, a un retrato que tenía siempre en su mesa, y era como Piedad, una Piedad de vestido largo. Y cuando oyó ruido de pasos, y un vocerrón que venía tocando música en un cucurucho de papel ¿quién sabe lo que sacó de una caja grande? y se fue a la puerta con una mano en la espalda; y con el otro brazo cargó a su hija. Luego dijo que sintió como que en el pecho se le abría una flor, y como que se le encendía en la cabeza un palacio, con colgaduras azules de flecos de oro, y mucha gente con alas; luego dijo todo eso, pero entonces, nada se le oyó decir. Hasta que Piedad dio un salto en sus brazos, y se le quiso subir por el hombro, porque en un espejo había visto lo que llevaba en la otra mano el padre. "¡Es como el sol el pelo, mamá, lo mismo que el sol! ¡ya la vi, ya la vi, tiene el vestido rosado! ¡dile que me la de, mamá: si es de peto verde, de peto de terciopelo, ¡como las mías son las medias, de encaje como las mías!" Y el padre se sentó con ella en el sillón, y le puso en los brazos la muñeca de seda y porcelana. Echó a correr Piedad, como si buscase a alguien. "¿Y yo me quedo hoy en casa por mi niña -le dijo su padre, -y mi niña me deja solo?" Ella escondió la cabecita en el pecho de su padre bueno. Y en mucho, mucho tiempo, no la levantó, aunque ¡de veras! le picaba la barba.
 
Hubo paseo por el jardín, y almuerzo con un vino de espuma debajo de la parra, y el padre estaba muy conversador, cogiéndole a cada momento la mano a su mamá, y la madre estaba como más alta, y hablaba poco, y era como música todo lo que hablaba. Piedad le llevó al cocinero una dalia roja, y se la prendió en el pecho del delantal; y a la lavandera le hizo una corona de claveles; y a la criada le llenó los bolsillos de flores de naranjo, y le puso en el pelo una flor, con sus dos hojas verdes. Y luego, con mucho cuidado, hizo un ramo de no me olvides. "¿Para quién es ese ramo, Piedad?" "No sé, no sé para quién es; ¡quien sabe si es para alguien!" Y lo puso a la orilla de la acequia, donde corría como un cristal el agua. Un secreto le dijo a su madre, y luego le dijo: "¡Déjame ir!" Pero le dijo "caprichosa" su madre: "¿y tu muñeca de seda, no te gusta? mírale la cara, que es muy linda; y no le has visto los ojos azules". Piedad sí se los había visto; y la tuvo sentada en la mesa después de comer, mirándola sin reírse; y la estuvo enseñando a andar en el jardín. Los ojos era lo que miraba ella; y le tocaba en el lado del corazón: "¡Pero, muñeca, háblame, háblame!" Y la muñeca de seda no le hablaba. "¿Con que no te ha gustado la muñeca que te compré, con sus medias de encaje y su cara de porcelana y su pelo fino?" "Sí, mi papá, si me ha gustado mucho. Vamos, señora muñeca, vamos a pasear. Usted querrá coches, y lacayos, y querrá dulce de castañas, señora muñeca. Vamos, vamos a pasear". Pero en cuanto estuvo Piedad donde no la veían, dejó a la muñeca en un tronco, de cara contra el árbol. Y se sentó sola, a pensar, sin levantar la cabeza, con la cara entre las dos manecitas. De pronto echó a correr, de miedo de que se hubiese llevado el agua el ramo de no me olvides.
 
-¡Pero, criada, llévame pronto!
 
-¿Piedad, que es eso de criada? ¡Tú nunca le dices criada así, como para ofenderla!
 
-No, mamá, no; es que tengo mucho sueño; estoy muerta de sueño. Mira, me parece que es un monte la barba de papá; y el pastel de la mesa me da vueltas, vueltas alrededor, y se están riendo de mí las banderitas; y me parece que están bailando en el aire las flores de la zanahoria; estoy muerta de sueño; ¡adiós, mi madre! mañana me levanto muy tempranito; tú, papá, me despiertas antes de salir; yo te quiero ver siempre antes de que te vayas a trabajar; ¡oh, las zanahorias! ¡estoy muerta de sueño! ¡Ay, mamá, no me mates el ramo! ¡mira, ya me mataste mi flor!
 
-¿Con qué se enoja mi hija porque le doy un abrazo?
 
-¡Pégame, mi mamá! ¡papá, pégame tú! es que tengo mucho sueño.
 
Y Piedad salió de la sala de los libros, con la criada que le llevaba la muñeca de seda.
 
-¡Qué de prisa va la niña, que se va a caer! ¿Quién espera a la niña?
 
-¡Quién sabe quién me espera!
 

Y no habló con la criada; no le dijo que le contase el cuento de la niña jorobadita que se volvió una flor; un juguete no más le pidió, y lo puso a los pies de la cama; y le acaricio a la criada la mano, y se quedo dormida. Encendió la criada la lámpara de velar, con su bombillo de ópalo; salió de puntillas; cerró la puerta con mucho cuidado. Y en cuanto estuvo cerrada la puerta, relucieron dos ojitos en el borde de la sábana; se alzó de repente la cubierta rubia; de rodillas en la cama, le dio toda la luz a la lámpara de velar; y se echó sobre el juguete que puso a los pies, sobre la muñeca negra. La besó, la abrazo, se la apretó contra el corazón: "Ven, pobrecita, ven, que esos malos te dejaron aquí sola; tú no estás fea, no, aunque no tengas más que una trenza; la fea es ésa, la que han traído hoy, la de los ojos que no hablan; dime, Leonor, dime, ¿tú pensaste en mí? mira el ramo que te traje, un ramo de no me olvides, de los más lindos del jardín; ¡así, en el pecho! ¡ésta es mi muñeca linda! ¿y no has llorado? ¡te dejaron tan sola! ¡no me mires así, porque voy a llorar yo! ¡no, tú no tienes frío! ¡aquí conmigo, en mi almohada, verás como te calientas! ¡y me quitaron, para que no me hiciera daño, el dulce que te traía! ¡así, así, bien arropadita! ¡a ver, mi beso, antes de dormirte! ¡ahora, la lámpara baja! ¡y a dormir, abrazadas las dos! ¡te quiero, porque no te quieren!"
 
fuente:

lunes, 3 de octubre de 2011

los microorganismos

Busca el significado de las siguientes palabras:
Bacteria: Microorganismo unicelular procarionte, cuyas diversas especies causan las fermentaciones, enfermedades o putrefacción en los seres vivos o en las materias orgánica .
Virus:Organismo de estructura muy sencilla, compuesto de proteínas y ácidos nucleicos, y capaz de reproducirse solo en el seno de células vivas específicas, utilizando su metabolismo.
Hongo:Excrecencia fungosa que crece en las úlceras o heridas e impide la cicatrización de las mismas.
Germén:Microorganismo que puede causar o propagar enfermedades.
Bacilo:Bacteria en forma de bastoncillo o filamento más o menos largo, recto o encorvado según las especies.Se usa para describir cualquier bacteria con forma de barra o vara, y pueden encontrarse en muchos grupos taxonómicos diferentes de bacterias.
Ameba:Protozoo rizópodo cuyo cuerpo carece de cutícula y emite seudópodos incapaces de anastomosarse entre sí. Se conocen numerosas especies, de las que unas son parásitas de animales, otras viven en las aguas dulces o marinas y algunas en la tierra húmeda.Es un protista unicelular del género Amoeba. Es un eucariota caracterizado por su forma cambiante, puesto que carece de pared celular

martes, 27 de septiembre de 2011

El cachorro y el tigre

                                                   
Un cachorro, perdido en la selva, vió un tigre corriendo en su dirección. Comenzó entonces a pensar rápido, para ver si se le ocurría alguna idea que le salvase del tigre. Entonces vió unos huesos en el suelo y comenzó a morderlos.
Cuando el tigre estaba casi para atacarle, el cachorro dijo en alto:
- ¡Ah, este tigre que acabo de comer estaba delicioso!
El tigre, entonces, paró bruscamente y, muerto de miedo, dió media vuelta y huyó despavorido mientras pensaba para sí:
- ¡Menudo cachorro feroz! ¡Por poco me come a mi también!
Un mono que había visto todo, fue detrás del tigre y le contó cómo había sido engañado por el cachorro. El tigre se puso furioso y dijo:
- ¡Maldito cachorro! ¡Ahora me la vas a pagar!
El cachorro, entonces, vió que el tigre se aproximaba rápidamente a por él, con el mono sentado encima, y pensó:
- ¡Ah, mono traidor! ¿Y qué hago ahora?
Comenzó a pensar y de repente se le ocurrió una idea: se puso de espaldas al tigre y cuando éste llegó y estaba preparado para darle el primer zarpazo, el cachorro dijo en voz alta:
- ¡Será perezoso el mono! ¡Hace una hora que le mandé para que me trajese otro tigre y todavía no ha vuelto!


fuente:

http://webs.ono.com/gsb/cachorro.html

Preguntas y Respuestas:

1.¿Quiénes son los personajes principales?

     El cachorro y el tigre.

2.¿En dónde se desarrólla el relato?

     En la selva.

3. Extraiga las palabras desconocidas y anote su significado

    Despavorido:Tener temor a alguien 

     Zarpazo: Mano de ciertos animales cuyos dedos no se mueven con independencia unos de otros, como en el león y el tigre.

4. ¿Qué pretende explicar el autor del relato?

    Qué uno se vale por lo que es y no por lo que piensan de el.

lunes, 26 de septiembre de 2011

El Canarón encantado

José Martí
El camarón encantado
La Edad de Oro
El camarón encantado
(Cuento de Magia del francés Laboulaye)
Allá por un pueblo del mar Báltico, del lado de Rusia, vivía el pobre Loppi, en un casuco viejo, sin más compañía que su hacha y su mujer. El hacha ¡bueno!; pero la mujer se llamaba Masicas, que quiere decir "fresa agria". Y era agria Masicas de veras, como la fresa silvestre. ¡Vaya un nombre: Masicas! Ella nunca se enojaba, por supuesto, cuando le hacían el gusto, o no la contradecían; pero si se quedaba sin el capricho, era de irse a los bosques por no oírla. Se estaba callada de la mañana a la noche, preparando el regaño, mientras Loppi andaba afuera con el hacha, corta que corta, buscando el pan; y en cuanto entraba Loppi, no paraba de regañarlo, de la noche a la mañana. Porque estaban muy pobres, y cuando la gente no es buena, la pobreza los pone de mal humor. De veras que era pobre la casa de Loppi; las arañas no hacían telas en sus rincones porque no había allí moscas que coger, y dos ratones que entraron extraviados, se murieron de hambre.
 

Un día estuvo Masicas más busca pleitos que de costumbre, y el buen leñador salió de la casa suspirando, con el morral vacío al hombro; el morral de cuero, donde echaba el pico de pan, o la col, o las papas que le daban de limosna. Era muy de mañanita, y al pasar cerca de un charco vio en la yerba húmeda uno que le pareció animal raro y negruzco, de muchas bocas, como muerto o dormido. Era grande por cierto; era un enorme camarón. "¡Al saco el camarón!; con esta cena le vuelve el juicio a esa hambrona de Masicas; ¿quién sabe lo que dice cuando tiene hambre?" Y echó el camarón en el saco.
 

Pero ¿qué tiene Loppi, que da un salto atrás, que le tiembla la barba, que se pone pálido? Del fondo del saco salió una voz tristísima; el camarón le estaba hablando:
 

-Párate, amigo, párate, y déjame ir. Yo soy el más viejo de los camarones; más de un siglo tengo yo, ¿qué vas a hacer con este carapacho duro? Sé bueno conmigo, como tú quieres que sean buenos contigo.
 

-Perdóname, camaroncito, que yo te dejaría ir; pero mi mujer está esperando su cena, y si le digo que encontré el camarón mayor del mundo, y que lo dejé escapar, esta noche sé yo a lo que suena un palo de escoba cuando se lo rompe su mujer a uno en las costillas.
 

-Y ¿por qué se los has de decir a tu mujer?
 

-¡Ay camaroncito! eso me dices tú porque no sabes quién es Masicas. Masicas es una gran persona, que lo lleva a uno por la nariz, y uno se deja llevar; Masicas me vuelve del revés, y me saca todo lo que tengo en el corazón; Masicas sabe mucho.
 

-Pues mira, leñador, que yo no soy camarón como parezco, sino una maga de mucho poder, y si me oyes, tu mujer se contentará, y si no me oyes, toda la vida te has de arrepentir.
 

-Tú contenta a Masicas, y yo te dejaré ir, que por gusto a nadie le hago daño.
 

-Dime qué pescado le gusta más a tu mujer.
 

-Pues el que haya, camarón, que los pobres no escogen; lo que has de hacer es que no vuelva yo con el morral vacío.
 

-Pues ponme en la yerba, mete en el charco tu morral abierto, y di: "¡Peces, al morral!"
 

Y tantos peces entraron en el morral que casi se le iba a Loppi de las manos. Las manos le bailaban a Loppi de asombro.
 

-Ya ves, leñador -le dijo el camarón, -que no soy desagradecido: Ven acá todas las mañanas, y en cuanto digas: "¡Al morral, peces!" tendrás el morral lleno de los peces colorados, de los peces de plata, de los peces amarillos. Y si quieres algo más, ven y dime así:
 

"Camaroncito duro,
Sácame del apuro"
 

y yo saldré, y veré lo que puedo hacer por tí. Pero mira, ten juicio, y no le digas a tu mujer lo que ha sucedido hoy.
 

-Probaré, señora maga, probaré -dijo el leñador; y puso en la yerba con mucho cuidado el camarón milagroso, que se metió de un salto en el agua.
 

Iba como la pluma Loppi, de vuelta a su casa. El morral no le pesaba, pero lo puso en el suelo antes de llegar a la puerta, porque ya no podía más de la curiosidad. Y empezaron los peces a saltar, primero un lucio como de una vara, luego una carpa, radiante como el oro, luego dos truchas, y un mundo de meros. Masicas abrazó a Loppi, y lo volvió a abrazar, y le dijo: "¡leñadorcito mío!"
 

-Ya ves, ya ves, Loppi, lo que nos sucede por haber oído a tu mujer y salir temprano a buscar fortuna. Anda a la huerta, anda, y tráeme unos ajos y cebollas, y tráeme unas setas; anda, anda al monte leñadorcito, que te voy a hacer una sopa que no la come el rey. Y la carpa la asaremos; ni un regidor va a comer mejor que nosotros.
 

Y fue muy buena por cierto la comida, porque Masicas no hacía sino lo que quería Loppi, y Loppi estaba pensando en cuanto la conoció, que era como una rosa fina, y no le hablaba del miedo. Pero al otro día no le hizo Masicas tantas fiestas al morral de pescados. Y al otro, se puso a hablar sola. Y el sábado, le sacó la lengua en cuanto lo vio venir. Y el domingo, se le fue encima a Llopi, que volvía con su morral a cuestas.
 

-¡Mal marido, mal hombre, mal compañero! ¡qué me vas a matar a pescado ¡que de verte el morral me da el alma vueltas!
 

-Y ¿qué quieres que te traiga, pues? -dijo el pobre Loppi.
 

-Pues lo que comen todas las mujeres de los leñadores honrados: una sopa buena y un trozo de tocino.
 

"Con tal, pensó Loppi, que la maga me quiera hacer este favor".
 

Y al otro día a la mañanita fué al charco, y se puso a dar voces:
 

"Camaroncito duro,
Sácame del apuro"
 

y el agua se movió, y salió una boca negra, y luego otra boca, y luego la cabeza, con dos ojos grandes que resplandecían.
 

-¿Qué quiere el leñador?
 

-Para mí, nada; nada para mí, camaroncito; ¿qué he de querer yo? Pero ya mi mujer se cansó del pescado, y quiere ahora sopa y un trozo de tocino.
 

-Pues tendrá lo que quiere tu mujer -respondió el camarón. Al sentarte esta noche a la mesa, dale tres golpes con el dedo meñique, y di a cada golpe: "¡Sopa, aparece; aparece, tocino!" Y verás que aparecen. Pero ten cuidado, leñador, que si tu mujer empieza a pedir, no va a acabar nunca.
 

-Probaré, señora maga, probaré -dijo Loppi, suspirando.
 

Como una ardilla, como una paloma, como un cordero estuvo al otro día en la mesa Masicas, que comió sopa dos veces, y tocino tres, y luego abrazó a Loppi, y lo llamó: "Loppi de mi corazón".
 

Pero a la semana justa, en cuanto vio en la mesa el tocino y la sopa, se puso colorada de la ira, y le dijo a Loppi con los puños alzados:
 

-¿Hasta cuándo me has de atormentar, mal marido, mal compañero, mal hombre? ¿qué una mujer como yo ha de vivir con caldo y manteca?
 

-Pero ¿qué quieres, amor mío, qué quieres?
 

-Pues quiero una buena comida, mal marido: un ganso asado, y unos pasteles para postres.
 

En toda la noche no cerró Loppi los ojos pensando en el amanecer, y en los puños alzados de Masicas que le parecieron un ganso cada uno. Y a paso de moribundo se fue arrimando al charco a los claros del día. Y las voces que daba parecían hilos, por lo tristes, por lo delgadas:
 

"Camaroncito duro,
Sácame del apuro"
 

-¿Qué quiere el leñador?
 

-Para mí, nada; ¿qué he de querer yo? Pero ya mi mujer se está cansando del tocino y la sopa. Yo no, yo no me canso, señora maga. Pero mi mujer se ha cansado, y quiere algo ligero, así como un gansito asado, así como unos pastelitos.
 

-Pues vuélvete a tu casa, leñador, y no tienes que venir cuando tu mujer quiera cambiar de comida, sino pedírselo a la mesa, que yo le mandaré a la mesa que se lo sirva.
 

En un salto llegó Loppi a su casa, e iba riendo por el camino, y tirando por el aire el sombrero. Llena estaba ya la mesa de platos, cuando él llegó, con cucharas de hierro, y tenedores de tres puntas, y una jarra de estaño, y el ganso con papas, y un pudín de ciruelas. Hasta un frasco de anisete había en la mesa, con su forro de paja.
 

Pero Masicas estaba pensativa. Y a Loppi ¿quién le daba todo aquello? Ella quería saber: -"¡Dímelo, Loppi". Y Loppi se lo dijo, cuando ya no que daba del anisete más que el forro de paja, y estaba Masicas más dulce que el anís. Pero ella prometió no decírselo a nadie; no había una vecina en doce leguas a la redonda.
 

A los pocos días, una tarde que Masicas había estado muy melosa, le contó a Loppi muchos cuentos y le acabó así el discurso:
 

-Pero, Loppi, mío, ya tú no piensas en tu mujercita; comer, es verdad, come mejor que la reina; pero tu mujercita anda en trapos, Loppi, como la mujer de un pordiosero. Anda, Loppi, anda, que la maga no te tendrá a mal que quieras vestir bien a tu mujercita.
 

A Loppi le pareció que Masicas tenía mucha razón, y que no estaba bien sentarse a aquella mesa de lujo con el vestido tan pobre. Pero la voz se le resistía cuando a la mañanita llamó al camarón encantado:
 

"Camaroncito duro,
Sácame del apuro"
 

El camarón entero sacó el cuerpo del agua.
 

-¿Qué quiere el leñador?
 

-Para mí, nada; ¿qué puedo yo querer? Pero mi mujer está triste, señora maga, porque se ve tan mal vestida, y quiere que su señoría me de poder para tenerla con traje de señora.
 

El camarón se echó a reír, y estuvo riendo un rato, y luego dijo a Loppi: -"Vuélvete a casa, leñador, que tu mujer tendrá lo que desea".
 

-¡Oh, señor camarón! ¡oh, señora maga! ¡déjeme que le bese la patica izquierda, la que está de lado del corazón! ¡déjeme que se la bese!
 

Y se fue cantando un canto que le había oído a un pájaro dorado que le daba vueltas a un rosa; y cuando entró a su casa vio a una bella señora, y la saludó hasta los pies; y la señora se echó a reir, porque era Masicas, su linda Masicas, que estaba como un sol de la hermosura. Y se tomaron los dos de la mano, y bailaron en redondo, y se pusieron a dar brincos.
 

A los pocos días Masícas estaba pálida, como quien no duerme, y con los ojos colorados, como de mucho llorar. "Y dime, Loppi, -le decía una tarde, con un pañuelo de encaje en la mano, -¿de qué me sirve tener tan buen vestido sin un espejo donde mirarme, ni una vecina que me pueda ver, ni más casa que este casuco? Loppi, dile a la maga que esto no puede ser". Y lloraba Masicas, y se secaba los ojos colorados con su pañuelo de encaje: "Dile, Loppi, a la maga que me de un castillo hermoso, y no le pediré nada más".
 

-¡Masicas, tú estás loca! Tira de la cuerda y se reventará. Conténtate, mujer, con lo que tienes, que si no la maga te castigará por ambiciosa.
 

-¡Loppi, nunca serás más que un zascandil! ¡El que habla con miedo se queda sin lo que desea. Háblale a la maga como un hombre. Háblale, que yo estoy aquí para lo que suceda.
 

Y el pobre Loppi volvió al charco, como con piernas postizas. Iba temblando todo él. ¿Y si el camarón se cansaba de tanto pedirle, y le quitaba cuanto le dio? ¿Y si Masicas lo dejaba sin pelo si volvía sin el castillo? Llamó muy quedito:
 

"Camaroncito duro,
Sácame del apuro"
 

¿Qué quiere el leñador? -dijo el camarón, saliendo del agua poco a poco.
 

-Nada para mí, ¿qué más podría yo querer? Pero mi mujer no está contenta y me tiene en tortura, señora maga, con tantos deseos.
 

-¿Y qué quiere la señora, que ya no va a parar de querer?
 

-Pues una casa, señora maga, un castillito, un castillo. Quiere ser princesa del castillo, y no volverá a pedir nada más.
 

-Leñador -dijo el camarón, con una voz que Loppi no le conocía, tu mujer tendrá lo que desea. Y desapareció en el agua de repente.
 

A Loppi le costó mucho trabajo llegar a su casa, porque estaba cambiado todo el país, y en vez de matorrales había ganados y siembras hermosas, y en medio de todo una casa muy rica con un jardín lleno de flores. Una princesa bajó a saludarlo a la puerta del jardín, con un vestido de plata. Y la princesa le dio la mano. Era Masicas. "Ahora sí, Loppi, que soy dichosa. Eres muy bueno, Loppi. La maga es muy buena". Y Loppi se echó a llorar de alegría.
 

Vivía Masicas con todo el lujo de su señorío. Los barones y las baronesas se disputaban el honor de visitarla; el gobernador no daba orden sin saber si le parecía bien; no había en todo el país quien tuviera un castillo más opulento; ni coches con más oro, ni caballos más finos. Sus vacas eran inglesas, sus perros de San Bernardo, sus gallinas de Guinea, sus faisanes de Terán, sus cabras eran suizas. ¿Qué le faltaba a Masicas, que estaba siempre tan llena de pesar? Se lo dijo a Loppi, apoyando en su hombro la cabeza. Masicas quería algo más. Quería ser reina Masicas: "¿No ves que para reina he nacido yo? ¿No ves, Loppi mío, que tú mismo me das siempre la razón, aunque eres más terco que una mula? Ya no puedo esperar, Loppi. Dile a la maga que quiero ser reina".
 

Loppi no quería ser rey. Almorzaba bien, comía mejor; ¿a qué los trabajos de mandar a los hombres? Pero cuando Masicas decía a querer, no había más remedio que ir al charco. Y al charco fue al salir el sol, limpiándose los sudores, y con la sangre a medio helar. Llegó. Llamó:
 

"Camaroncito duro,
Sácame del apuro"
 

Vio salir del agua las dos bocas negras. Oyó que le decían "¿qué quiere el leñador?" Pero no tenía fuerzas para dar su recado. Al fin dijo tartamudeando:
 

-Para mí, nada; ¿qué pudiera yo pedir? Pero se ha cansado mi mujer de ser princesa.
 

-¿Y qué quiere ahora ser la mujer del leñador?
 

-¡Ay, señora maga!: reina quiere ser.
 

-¿Reina no más? Me salvaste la vida, y tu mujer tendrá lo que desea. ¡Salud, marido de la reina!
 

Y cuando Loppi volvió a su casa, el castillo era un palacio, y Masicas tenía puesta la corona. Los lacayos, los pajes, los chambelanes, con sus medias de seda y sus casaquines, iban detrás de la reina Masicas cargándole la cola.
 

Y Loppi almorzó contento, y bebió en copa tallada su anisete más fino, seguro de que Masicas tenía ya cuanto podía tener. Y dos meses estuvo almorzando pechugas de faisán con vinos olorosos, y paseando por el jardín con su capa de armiño y su sombrero de plumas, hasta que un día vino un chambelán de casaca carmesí con botones de topacio, a decirle que la reina lo quería ver, sentada en su trono de oro.
 

-Estoy cansada de ser reina, Loppi. Estoy cansada de que todos estos hombres me mientan y me adulen. Quiero gobernar a hombres libres. Ve a ver a la maga por última vez. Ve; dile lo que quiero.
 

-Pero ¿qué quieres entonces, infeliz? ¿Quieres reinar en el cielo donde están los soles y las estrellas, y ser dueña del mundo?
 

-Que vayas, te digo, y le digas a la maga que quiero reinar en el cielo y ser dueña del mundo.
 

-Que no voy, te digo, a pedirle a la maga semejante locura.
 

-Soy tu reina, Loppi, y vas a ver a la maga, o mando que te corten la cabeza.
 

-Voy, mi reina, voy. -Y se echó al brazo el manto de armiño, y salió corriendo por aquellos jardines con su sombrero de plumas. Iba como si le corrieran detrás, alzando los brazos, arrodillándose en el suelo, golpeándose la casaca bordada de colores: "¡Tal vez -pensaba Loppi-, tal vez el camarón tenga piedad de mí!" Y lo llamó desde la orilla, con voz como un gemido:
 

"Camaroncito duro,
Sácame del apuro"
 

Nadie respondió. Ni una hoja se movió. Volvió a llamar, con la voz como de un soplo.
 

-¿Qué quiere el leñador?-respondió otra voz terrible.
 

-Para mí, nada; ¿qué he de querer para mí? Pero la reina, mi mujer, quiere que le diga a la señora maga su último deseo; el último, señora maga.
 

-¿Qué quiere ahora la mujer del leñador?
 

Loppi, espantado, cayó de rodillas.
 

-¡Perdón, señora, perdón! ¡quiere reinar en el cielo, y ser dueña del mundo!
 

El camarón dio una vuelta en redondo, que le sacó al agua espuma, y se fue sobre Loppi, con las bocas abiertas:
 

-¡A tu rincón, imbécil, a tu rincón! ¡los maridos cobardes hacen a las mujeres locas! ¡abajo el palacio, abajo el castillo, abajo la corona! ¡A tu casuca con tu mujer, marido cobarde! ¡A tu casuca, con el morral vacío!
 

Y se hundió en el agua que silbó como cuando mojan un hierro caliente.
 

Loppi se tendió en la yerba, como herido de un rayo. Cuando se levantó, no tenía en la cabeza el sombrero de plumas, ni llevaba al brazo el manto de armiño, ni vestía la casaca bordada de colores. El camino era oscuro, y matorral, como antes. Mem­brillos empolvados y pinos enfermos eran la única arboleda. El suelo era, como antes, de pozos y pan­tanos. Cargaba a la espalda su morral vacío. Iba, sin saber que iba, mirando a la tierra.
 

Y de pronto sintió que le apretaban el cuello dos manos feroces: -"¿Estás aquí monstruo? ¿Estás aquí, mal marido? ¡Me has arruinado, mal compa­ñero! ¡Muere a mis manos, mal hombre!
 

-¡Masicas, que te lastimas! ¡Oye, a tu Loppi, Masicas!
 

Pero las venas de la garganta de la mujer se hin­charon, y reventaron, y cayó muerta, muerta de la furia. Loppi se sentó a sus pies, le compuso los ha­rapos sobre el cuerpo, y le puso de almohada el morral vacío. Por la mañana, cuando salió el sol. Loppi estaba tendido junto a Masicas, muerto.

sábado, 23 de julio de 2011

historia de machu picchu

Ubicación: Machu Picchu está ubicado a 120 kilómetros al Noroeste de la ciudad de Cusco a una altura de 2,400 metros. Las únicas vías de acceso son por tren (4 horas), helicóptero (sólo 30 minutos pero es bastante caro) o caminando. No hay una carretera que comunique la ciudad de Cusco y las ruinas de Machu Picchu, la razón es la difícil geografía ya que la ciudadela está ubicada en la cima de un cerro en medio de una cordillera montañosa cortada únicamente por el río Urubamba. La topografía es increíble, montañas empinadas con laderas cubiertas de bosques tropicales. Es asombroso como los Incas pudieron construir tales ciudades y caminos en dichas montañas.
Clima: Es cálido y húmedo, con días soleados y noches frescas. La temporada de lluvias empieza en Diciembre y termina en Marzo.
Paisajes:  La menor altitud de Machu Picchu en comparación con la zona de Cusco hace que los paisajes sean distintos. Los alrededores de Machu Picchu presentan una vegetación de tipo tropical; sin embargo, no muy lejos se pueden ver aún montañas nevadas. Esta combinación inusual hace de Machu Picchu una zona protegida, no sólo por la importancia arqueológica de las ruinas, sino por el ecosistema que alberga animales en peligro de extinción como el Oso andino, el quetzal, el gallito de las rocas, así como una cantidad asombrosa de exóticas orquídeas.
Historia: La ciudadela de Machu Picchu es una de las joyas arqueológicas del mundo y el destino turístico más importante del Perú. Desde que fue descubierto por el arqueólogo norteamericano Hiram Bingham en 1911 no ha dejado de sorprender al mundo.
Los arqueólogos estiman que fue construido durante el siglo XV de nuestra era por los Incas, pero su función sigue siendo un misterio. Se sabe también que fue poblado por un gran número de habitantes, pero sólo por nobles, sacerdotes y las "aqllas" (vírgenes del sol). Había también una población de campesinos que trabajaba los campos pero no vivían dentro de la ciudadela.
La ciudad está dividida en 3 áreas: 2 zonas pobladas y el sector agrícola, el cual es un vasto sistema de terrazas y canales de irrigación. El sector urbano estaba dividido en dos barrios, en uno de ellos se encuentran los templos más importantes como el del Sol, así como la recámara real. En el otro barrio se ubican las casas de los nobles y el convento de las "vírgenes del sol". Entre ambos barrios hay una enorme explanada a modo de plaza. Los alrededores son impresionantes, la ciudadela está construida en la cima de un cerro rodeado por el río Urubamba y una cadena montañosa, pareciera el centro de un anillo de montañas.
Tal vez la mayor atracción de Machu Picchu es el nivel de desarrollo tecnológico logrado por sus constructores en materia de arquitectura y trabajo en piedra. Las uniones de las piedras en algunos de los ambientes son tan estrechas que ni un alfiler podría ser insertado. La piedra más significativa es el "Intihuatana" o calendario solar, que permitía a los Incas conocer con precisión las estaciones y el clima a lo largo del año. Sin embargo, muchos encuentran en Machu Picchu más que historia y antiguas tecnologías, sino también una energía y paz que rodea a todo el que llega y visita tan misterioso lugar



lunes, 16 de mayo de 2011

Obra Teatral Zela

Instrucciones para el 1A, 1C, 2A, 2B
a) Lee atentamente los textos
b) Cópialos en tu blog
c) Cópialos en tu cuaderno de teoría, respetando la estructura formal (párrafos, oraciones, proposiciones), los signos de puntuación...
d) Una vez copiados en tu cuaderno, averigua el significado de las palabras que desconozcas, para ello entra en el portal DRAE. Y no te olvides de escribir dichos significados en tu cuaderno.
e) Lee en voz alta, los textos copiados. Trata de comprenderlos, de memorizarlos.
f) Fuera de la hora de clase, con la búsqueda avanzada de google, ingresa y escribe: Canto coral a Túpac Amaru que es la libertad (es un poema, cuyo autor es Alejandro Romualdo). Copia en tu cuaderno de teoría, luego léelo en voz alta.
Cualquier duda me avisas, no olvidemos, todos debemos de trabajar, debemos de avanzar


Textos sobre la lucha de la independencia


1781. 18 de mayo. En la plaza principal del Cusco es ejecutado José Gabriel Condorcanqui. Al rebelde José Gabriel “se le sacó la lengua el verdugo, y despojado de los grillos y esposas, lo pusieron en el suelo, le ataron a las manos y pies cuatro lazos, y asidos estos a la cincha de cuatro caballos, tiraban cuatro mestizos a cuatro distintas partes: -espectáculo que jamás se había visto en esta ciudad. No sé si porque los caballos no fueren muy fuertes, o el indio (sic) en realidad fuese de fierro, no pudieron absolutamente dividirlo, después de un largo rato lo tuvieron tironeando, de modo que le tenían en el aire, en un estado que parecía una araña. Tanto que el Visitador, movido de compasión, porque no padeciese más aquel infeliz despachó de la Compañía (desde donde dirigía la ejecución) una orden, mandándole cortase el verdugo la cabeza, como se ejecutó. Después se condujo el cuerpo debajo de la horca, donde se le sacaron los brazos y los pies. Esto mismo se ejecutó con la mujer, y a los demás se les sacaron las cabezas para dirigirlas a diversos pueblos. Los cuerpos de (José Gabriel Condorcanqui) y de (su mujer, Micaela Bastidas) se llevaron a Picchu, donde estaba formada una hoguera, en la que fueron arrojados y reducidos a cenizas, las que se arrojaron al aire, y al riachuelo que por allí corre (…).
            El suplicio infinito, que hiela la sangre, tornó la figura legendaria del gran combatiente humanista, en la del más grande mártir de todos los tiempos (…) Amó profundamente a los hombres y se dolió de sus sufrimientos; por eso se alzó, y a su paso no dejó obraje sin hombres libres, ni prisiones con hombres justos. Abolió los repartimientos, la mita y la servidumbre humillante, y conjuró a todos los hombres que habían nacido en estas tierras a que con su esfuerzo se construyeran un país mejor”. (Roel: 368).
1781. 13 de noviembre. Es ejecutado Túpac Catarí, en la plaza principal de La Paz, por el delito de buscar     la    libertad de sus hermanos de sangre. Su sentencia condenatoria dice:
            Condeno a Julián Apaza alias “Túpac Catarí, en pena ordinaria de muerte y último suplicio y en su conformidad usando de las facultades privativas del Superior Gobierno de Buenos Aires, que me están trasmisas por esta Comandancia General, mando que sacado de la prisión donde se halla arrastrado a la cola de un caballo con una soga de esparto al cuello, una media, coroza o gorreta de cuero, y que a voz de pregonero se publique sus delitos a la plaza de este santuario, en que deberá estar la tropa tendida con las armas de su majestad, y convocarse (a) los indios concurrentes de las provincias, de modo que antes de la ejecución se les explique por mí lo agradable que será ésta a Dios y al Rey como propia de la Justicia y del beneficio y sosiego de ellos mismos, para que así se repare cualquier conturbación y recelo que pueda haber.
            Y que asido por unas cuerdas robustas, sea descuartizado por cuatro caballos que gobernaran los de la provincia de Tucumán, hasta que naturalmente muera y (luego) sea transferida su cabeza a la ciudad de La Paz, para que fijada sobre la horca de la plaza mayor y puesto de Quillquilli, donde tuvo la audacia de fijar la suya y sitiar los pedreros, para batirla bajo de la correspondiente custodia se queme después de tiempo y se arrojen las cenizas al aire. La mano derecha en una picota y con un rótulo correspondiente a su pueblo de Ayo Ayo, después al de Sica Sica, donde se practique lo mismo; la (mano izquierda) al pueblo capital de Abacachi en igual conformidad; para lo mismo la pierna derecha a los Yungas, y cabecera de Chulumani, y la otra (pierna izquierda) al de Caquiabiri de la de Pacajes, para lo propio y por lo respectivo a los bienes que se han hallado y pueden hallar declárese, se deben confiscar para la Cámara sin perjuicio de tercero, y conforme la naturaleza y calidad de sus delitos de infame, aleve, traidor, sedicioso, asesino y hombre feroz y monstruo de la humanidad en sus inclinaciones y costumbres, abominables y horribles, y por esta sentencia definitivamente. Juzgado así, lo pronuncio, mando y firmo, con expresa condenación de costos que se pagarán inmediatamente al actuario. Francisco Thadeo Diez de Medina” (Roel; 370-371).
1783. Entre febrero y abril, es capturado Diego Cristóbal Túpac Amaru, todos sus familiares cercanos y lejanos son apresados, y asesinados, según sentencia que reproducimos:
            Condenamos a Diego Cristóbal Túpac Amaru, a pena de muerte y la justicia que se manda hacer es, que sea sacado de la cárcel donde se halla preso, arrastrado de la cola de una bestia de alabarda, llevando soga de esparto al pescuezo, atados pies y manos, con voz de pregonero que manifieste su delito: siendo conducido en esta forma por las calles públicas al lugar del suplicio, en el que, junto a la horca estará dispuesta una hoguera con sus grandes tenazas, para que allí, a vista del público, sea atenazado y después colgado por el pescuezo, y ahorcado hasta que muera naturalmente, sin que de allí le quite persona alguna sin nuestra licencia, bajo la misma pena: siendo después descuartizado su cuerpo, llevada la cabeza al pueblo de Tungasuca, un brazo a Lauramarca, el otro (brazo) al pueblo de Carabaya; una pierna a Paucartambo, otra (pierna) a Calca, y el resto del cuerpo puesto en una picota en el camino de la Caja del Agua de esta ciudad, quedando confiscados todos sus bienes para la Cámara de su majestad, y sus casas serán arrasadas y saladas, practicándose esta diligencia por el Corregidor de la provincia de Tinta” (Roel 370).
1814. 18 de octubre. La Real Sala del Crimen de Lima condena a Zela, “a diez años de destierro en el presidio del castillo del Morro de La Habana, para que sirva en las obras de su majestad y públicas, a ración y sin sueldo, cumplidos los cuales no pueda volver al reino del Perú, (bajo) pena de la vida”
1815.  17 de mayo. Mateo Pumacahua es ahorcado en el pueblo de Sicuani (Cusco). Se le cortó la cabeza para ser exhibida en la plaza mayor del Cusco; un brazo se envió a Arequipa y el otro quedó en Sicuani, el resto de su cuerpo se echó a la hoguera.

lunes, 9 de mayo de 2011

Elementos del mapa conceptual

El mapa conceptual es un organizador visual que permite consolidar nuestro aprendizaje, a traves de la reconstrustuccion logica del texto.

Elementos del mapa conceptual

a) Concepto.Es un sustantivo, es la imagen metal "de algo"los conceptos siemprese escriben com letras mayusculas dentro del rectangulo oelipce se reconmiendase trecomienda usar la mejor palabrados conceptos

b) Flecha de enlace. Es una linea recta que señala sieve para medir dos conceptos . La flecha siempre deve tener una cabeza como minimo, jamà devera cortarse la flecha.La flecha puede indicar derecha, izquierda ,arriba, abajo

c) Rectangulo o elipse.Es un grafico, en su interior se coloca el concepto.

d) Palabras de enlace.se escribe com letras minuscilas, fuera del rectangulo o elipce deve estar al lado de la flecha de enlace.Las palabras de enlace sirve para unir dos conceptos

e) proposicion. Es la union de dos conceptos a traves de la flecha de enlace y las palabras de enlace

Ejemplos: La gallina come ceviche

La abuelita mordiò al boxer.

el niño golpiò al campeòn mundial de karate

Oficio para Fidel Carita Monroy

“AÑO DEL CENTENARIO DEL  DESCUBRIMIENTO DE MACHU PICCHU PARA EL MUNDO”

Tacna, mayo 02 del 2011

Ofc. N- 356-2011 / DIR FyA
SEÑOR INGENIERO FIDEL CARITA MONROY,
ALCALDE DE LA MUNICIPALIDAD PROVINCIAL DE TACNA
Asunto: solicita donación de cincuenta bolsas con cemento
Ciudad:

                Es grato saludarlo a usted cordialmente, a nombre de la comunidad educativa ”San José – Fe y Alegría” n – 40 de Tacna y del mío propio.
                Molestamos su atención a fin de pedirle, por favor, se sirva donarnos con cincuenta bolsas con cemento, las mismas que servirán para el techado de un salón de clase. Nuestro colegio, señor alcalde, es estatal y los estudiantes no pagan ninguna pensión mensual; toda vez que ellos son de extracción humilde.
                Conocedores de su espíritu filantrópico en bien de la niñez y de la juventud estudiosa de Tacna, nos reiteramos gratamente de su gentil persona,
Atentamente,


Hna. María Inés  Gutiérrez
Directora dela institución educativa
“San José- Fe y Alegría” n-40 de Tacna

MIG / Crisbel Gómez Poma

miércoles, 4 de mayo de 2011

El Sargento (b,1)

Instrucciones:
Si aparece una palabra desconocida, cópiala en tu cuaderno de comprensión, busca su significado con la ayuda del DRAE, y cópialo. No te olvides, copia lo que te interesa, no todos los significados de la palabra.


El "Sargento" - parte 2

El Sargento era un perro de un valor asombroso: no había peligro capaz de arredrarlo, y bastaba una simple amenaza para que acometiera de una manera decisiva.

Su piel renegrida y lustrosa estaba llena de cicatrices tremendas, recibidas todas ellas peleando valientemente contra el enemigo común. El había tomado parte en todos los combates que se habían librado cerca del campamento, y herido casi siempre, se venía al hospital, donde sabía que el cabo de servicio tenía orden de asistirlo como a cualquier soldado del campamento. El Sargento no se movía del hospital hasta no estar bueno, siendo su primera operación ir a visitar al jefe de la frontera como para avisarle que estaba de alta y a su completa disposición.

El Sargento conocía perfectamente todos los toques de corneta. El de oraciones lo escuchaba de pie y con un raro recogimiento. Parecía participar de la languidez que invade el espíritu en aquellas horas grandiosas, y del respeto que le comunicaba aquel toque severo en un silencio tan viril y solemne.
Al toque de silencio y junto con la larga y sentida nota que lo termina, el Sargento lanzaba un aullido triste y prolongado, y se instalaba en su puesto de servicio hasta la siguiente diana.
Al toque de carneada, el Sargento era infaltable en el paraje donde ésta se efectuaba. El ayudaba a voltear las reses y participaba de las achuras con una provisión notable. Pero si el toque de carneada sonaba durante sus horas de servicio, aunque hiciera tres días que no comía, no se movía de su puesto.

Muchas veces el coronel lo había tanteado haciendo tocar carneada después de silencio. Pero por más apremiante que fuese el hambre, no había logrado hacerlo mover de su puesto. Eran sus horas de servicio, y no tenía él qué hacer con el resto del campamento.

Tenía como única excepción de su vida, una amistad decidida por el cabo Ledesma. Esta amistad tenía su origen en un bello rasgo del valiente negro. Un día el Sargento había quedado por muerto en el campo de batalla. Se había peleado más de tres horas sin tregua, y el Sargento, después de tomar parte en lo más recio del combate, había caído a su vez acribillado a lanzadas.
Después de terminada la persecución, el cabo Ledesma tuvo una inspiración: tal vez no esté muerto, dijo, y alzándolo en ancas lo trajo al campamento, asistiéndolo prolijamente en el rancho del sargento Carmen.

Un mes después estaba sanado, gracias a los cuidados que se le habían prodigado, y desde entonces cobró por el cabo Ledesma un cariño que no había demostrado jamás por nadie. Lo visitaba en la cuadra, y cuando estaba de servicio lo acompañaba en el cuerpo de guardia durante el día y hasta el toque de silencio. Después de esa hora ya se sabe que no se movía de su puesto.
En cambio allí solía venir a acompañarlo el cabo Ledesma. Pero entonces sucedía una cosa particular: el perro salía a recibir al soldado a unas ocho varas antes de llegar al alojamiento del jefe. Su cariño y su agradecimiento no llegaban hasta hacerle faltar a la consigna que él mismo se había impuesto: no dejar llegar a nadie hasta aquella puerta sagrada.

El día que mataron los indios al cabo Ledesma, fue un día de visible pena para el Sargento. Se acurrucó allí en el alojamiento del jefe, de donde no se movió en cuatro días, al cabo de los cuales empezó a hacer sus visitas al toldo del sargento Carmen, la madre de Ledesma. Un mes después de este día amargo para todo el regimiento, porque el cabo Ledesma era un leal veterano, no se volvió a ver más durante el día al Sargento. Al toque de silencio se le encontraba firme en su puesto de guardia, y al de carneada era infaltable a recoger las achuras. Pero después de esta hora se perdía hasta el toque de silencio, en que volvía a aparecer.

Nadie se había podido explicar dónde pasaba el día. Intrigados por esto, los soldados decidieron seguirlo, y sin que el Sargento lo notara, se pusieron en su seguimiento, penetrando al fin del misterio de sus ausencias. El noble perro pasaba el día sobre la tumba del cabo Ledesma, que había aprendido siguiendo al Sargento Carmen.


- Gutiérrez, Eduardo: "Croquis y siluetas militares". Edit.Univesitaria. Bs.As., 1961.
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar

Por Jorge Manuel Fariña Zerboudakis


Fuente: http://eldespertadorteofilantropico.blogspot.com/2011_03_01_archive.html

El Sargento (a) 1

1) Copia "El Sargento I" y "El Sargento II" en tu bloc de notas. (Copiarla con verdana, tamaño normal).
2) Del bloc de notas, cópialos en tu blog personal, convirtiéndolo en un único texto (respetando los párrafos, la ortografía...).
3) Es decir, en tu blog personal, debe estar publicado un artículo, debidamente corregido.
4) En base al artículo anterior, crea un nuevo artículo y responde a las siguientes preguntas:


a) ¿Quién es el Sargento?
b) Personajes principales
c) Personajes secundarios
d) Lugares
e) Tiempo
f) Autor
g) Extrae y copia las frases que te han llamado la atención
h) Elabora un mapa conceptual del relato, en tu cuaderno de comprensión
i) Confecciona un dibujo, en tu cuaderno de comprensión, en base al relato de El Sargento.


Cualquier duda, me avisas, estaré pendiente,
El profesor.


  
El "Sargento" - parte 1


"No se puede decir que el Sargento era más leal que un perro, porque él no era más que uno de tantos miembros de la familia canina atorrante en el fuerte general Paz.

El Sargento era un perro de la genuina familia de los atorrantes, pero de esos atorrantes militares que no tienen dueño ni reconocen más amo que el cuerpo donde han nacido y se han criado.

Los soldados van desapareciendo por las deserciones, las muertes y las bajas, y otras nuevas plazas van llenando los claros que dejó la ausencia de aquéllos. Pero el perro queda en el cuerpo, compartiendo las fatigas y los peligros con los que lo forman, sin averiguar si son soldados viejos o reclutas de ayer.

Para él todos los soldados son todos iguales, a todos sirve, a todos obedece, y de todos recibe un bocado o un golpe, con la misma conformidad. Recorre todos los fogones como todos los perros de guardia, sin ver en ellos otra cosa que miembros de su regimiento a quienes tiene la obligación de acompañar y proteger. El perro atorrante no sólo es la compañía y el amigo del soldado, sino su protector mismo.


Cuando no hay qué comer y la cosa se hace difícil, él sale a ayudar a los soldados que van a balear el alimento del día, y corre a la liebre, al venado o al piche, hasta traerlo, jadeante y fatigado, y lo pone a los pies del soldado a cuyo lado se sienta, hasta que le dan su ración o se convence de que no le van a dar nada, y en uno como en otro caso, se retira tranquilamente y se acuesta a dormir.

A este género de perros militares y atorrantes pertenecía el Sargento, grado que había alcanzado, desde simple soldado, merced a sus servicios prestados en los diferentes cuerpos que guarnecieron el "Fuerte General Paz".

El Sargento era perro de campamento, y más que de campamento, de la mayoría donde estaba situado el rancho del jefe de la frontera. El había nacido allí, allí se había criado y de allí no había cariño capaz de arrancarlo.


Los regimientos, como los jefes, cambian con frecuencia de residencia, pero el Sargento quedaba allí firme, esperando el nuevo jefe que le deparara la suerte. Cuando más salía a acompañar al regimiento que se ausentaba hasta el primer fortín, donde esperaba al que venía para recibirlo con todos los honores y meneadas de cola del caso. Y acompañaba al nuevo jefe hasta el pobre ranchito enfrente al hospital, como si quisiera enseñarle cuál era su alojamiento allí y dónde podrían hallarlo cada vez que lo necesitaran.

Así el Sargento había venido al lado de Heredia, al lado de Borges y al lado de Lagos, sin reconocer en ellos a un amo, sino a un jefe cuyas credenciales no eran otras para él que verlo instalado en el pobre alojamiento donde había nacido. Entonces el Sargento obedecía a la palabra del nuevo jefe, con un raro empeño, y se constituía en su asistente y centinela de más confianza.


Sargento iba a las cuadras de los nuevos soldados, como para reconocerlos y hacer amistad con ellos; pero regresaba al puesto que él mismo se había señalado, sin que hubiera fuerza suficiente que lo arrancara de allí.

A la noche, sobre todo, el Sargento se instalaba delante de la puerta, y después del toque de silencio no permitía que nadie pasara sino a seis u ocho varas de distancia: y pobre el que intentase avanzar a pesar de sus ladridos. Sólo al oficial de guardia, a quien reconocía cuando se recibía del servicio, permitía la entrada al rancho del jefe de la frontera. Después de éste, la entrada estaba vedada para todos.

Por: Jorge Manuel Fariña Zerboudakis 
Fuente:http://eldespertadorteofilantropico.blogspot.com/2011_03_01_archive.html

miércoles, 27 de abril de 2011

Biografia : Cesar Vallejo

Biografía de Cesar Vallejo (1892-1938) Por Alonso Rabí Do Camo Cesar Abraham Vallejo Mendoza, nació en Santiago de Chuco, departamento de La Libertad, en Marzo de 1892 y muere en Paris, Francia en 1938.Fue el ultimo de doce hermanos.En 1910 se traslada a la ciudad de Trujillo, donde de inscribe en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de la Libertad. Al año siguiente se traslada a Lima, con la intención de estudiar medicina, pero abandona la carrera.
En 1912 a su regreso de Huanuco, trabaja como preceptor, luego como ayudante de cajero en la hacienda Roma.En 1913 retorna a Trujillo y vuelve a inscribirse en la Facultad de Filosofía y Letras; consigue un puesto en el Centro Escolar de Varones, para entonces publica sus primeros poemas, de corte didáctico en el boletín de la escuela.
En 1915, inicia su tercer año de estudios y el primero en la de Derecho y se incorpora a la plana docente del Colegio Nacional de San Juan.Ese año sustenta su tesis "El romanticismo en la poesía castellana" para optar el grado de Bachiller.Desde entonces, estrecha sus vínculos con un grupo de intelectuales entre los que destacan Antenor Orrego, Alcides Spelucin, Eulogio Garrido y Víctor Raúl Haya de la Torre, fundador del APRA ( Alianza Popular Revolucionaria Americana) .A partir de 1916, Vallejo publica artículos en los diarios "La Republica" y "La Industria". Ese año publicaría el poema ALDEANA en la revista limeña "Balnearios".Sin embargo en 1917, al intentar publicar en "Variedades", revista a la que sometió el poema EL POETA A SU AMADA, recibiendo durísimas criticas.
En 1917 retorna a Lima, donde toma contacto con otros escritores, como Valdelomar, Eguren y Gonzáles Prada.
LOS HERALDOS NEGROS, su primera colección de poemas estaba lista para publicarse en 1918, pero la espera del prologo de Valdelomar retardo la edicion.Finalmente se publicaría sin el mencionado prologo en 1919, teniendo una recepción entusiasta.
Entre 1919-1920 ingresa como profesor al colegio Nuestra Señora de Guadalupe 1920, en Trujillo, es encarcelado injustamente por 112 días, al intentar mediar en un conflicto social.
En Noviembre de 1921, Vallejo gana el concurso de Cuentos de Entre Nous, con MAS ALLA DE LA VIDA Y LA MUERTE y el premio le permite financiar, en 1923, la edición de TRILCE, su segundo libro de poemas, muchos de ellos escritos durante su estancia en la cárcel de Trujillo.
La recepción de TRILCE, tuvo mejor acogida a la de su primer poemario, gano elogios, pero también criticas que dejaban entrever cierta perplejidad ante la audacia expresiva de Vallejo
TRILCE, es la obra clave para entender el transito hacia la modernidad de la poesía peruana.